Las vueltas de la vida. Y la gente no deja de preguntarse: ¿Cuándo fue aquél día en que el chani (en esos momentos más conocido como "yuyo", "fiero", "sr. burns" o "el grinch") dejó para siempre los dos o hasta (en casos extremos) tres acordes de aquél chato punk rock que supo ejecutar, para transformarse en un distinguido degustador de la música de los beatles?. El tiempo pasó. La metamorfósis fue drástica: de aquél chico de barrio, humilde y pobre, que iba a gimnasia con su bicicleta, que robaba hojas a sus compañeros porque en su casa la comida no alcanzaba para miguelito (quien tampoco tenía colchón en donde descansar), hoy sólo quedan algunos pocos rastros de avaricia. Y un día montó un pequeño microemprendimiento que con el tiempo se transformaría en una multinacional del marketing a través de internet, logrando records de facturación de $20.000 pesos por mes (eviadiendole siempre al fisco).
Para despedirme de aquél ser pobre que una vez supo ser mi amigo sin importar cuanto dinero tenga en mi billetera, un fragmento (modificado) de una canción que alguna vez supo tocar:
"Ya no vino nunca más,
por el bar de Mario
y se olvidó de caerse al kioskito de la Moni,
por las noches, no llamará jamás
nunca pagaste una birra a los demáaas"
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