Dicen las malas lenguas que desde aquella fria noche de invierno en la que la martina le echó un verde al ebrio, nada volvió a ser igual en su vida. Incluso sus preferencias sexuales. Es así que poco a poco empezó a mirar de diferente modo a sus amigos, hasta aquél lluvioso día de rally donde quiso clavarse a su amigo, si señores.. como lo escuchan, se quiso clavar a su amigo el Delia. Desde ese momento se lo conoce como "LA EBRIO" y a partir de allí se dedica a atormentar a personas del sexo masculino en reuniones de amigos.

No bastándole haber pervertido al anciano Fido, fuentes de confianza habrían informado que se lo estaría empomado al gordo Paponetto. Se ruega a la comunidad toda (especialmente a la masculina), ponerse un candado/corcho/cadena/reja en el trasero estando en presencia del innombrable.

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